Por Jorge V. Monasterio
Este año, no tenemos razones valederas para festejar, son demasiadas cosas que pasaron en poco tiempo y de muy difícil vuelta atrás.
Comenzamos el año con un impuestazo, seguido de una brutal devaluación, la suba de la tasa de interés a valores que no permiten tomar créditos y como “frutilla del postre”, el que los funcionarios nos declaren a los motociclistas “presuntos delincuentes”.
Una estigmatización de los motociclistas que no comenzó ahora, ya en 2007, De Narváez, Daniel Scioli, Daniel Amoroso y muchos otros, ignorando el principio de inocencia garantizado por la Constitución Nacional, comenzaron la campaña mediática con el término “motochorro”. Nos recordaban los fines de los ’70 cuando nos denominaban “motoqueros”, para compararnos con supuestas bandas que asolaban el sur de Brasil. Justamente esa campaña comenzó, cuando los japoneses instalaban la primera planta de motos en Brasil.
Nada es casual, pero sí causal, la moto implica libertad de movimientos, no depender del transporte público, ni de verse como “ganado” arreado a un colectivo, subte, tren, y las personas libres, son más difíciles de “manejar”.
Ni en la peor época de la dictadura militar se les ocurrió marcarnos con un chaleco con la patente de la moto, simplemente un tiempo muy corto, el del Mundial no nos dejaban circular de a dos por avenidas y autopistas.
En estos días recordábamos que en 1984, cambiar el neumático trasero de una Honda Goldwing 1000, costaba prácticamente el valor de media moto, encima no se conseguían los que correspondían a ese modelo. Por supuesto que vendimos la Honda, con gran dolor en el corazón.
Volvemos a querer mordernos la cola, como lo intentan los perros sin resultado.
¿Se puede construir generando incertidumbre todos los días?
Nos levantamos y a un “iluminado” se le ocurre combatir la inseguridad, marcando a las víctimas, otro día subir un impuesto de manera desmesurada, al siguiente decir que debe ajustar el dólar, para más tarde llevar las tasas de interés a la estratósfera.
¿Cómo se puede mantener un taller, una concesionaria, una casa de repuestos, una revista, una moto en el tiempo, sino sabemos con qué “domingo siete” nos despertamos mañana?
No son estos 33 años de INFORMOTO el momento para festejar, recordábamos que Jesucristo fue llevado a la cruz y muerto a los 33…
Esperemos que ocurra nuevamente el milagro de la Resurrección, y todo lo que está pasando sea un recuerdo lo antes posible.
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FELIZ CUMPLEAÑOS INFORMOTO, siempre al lado del motociclista, seguramente que el milagro ocurrirá, lastima que se tenga que pasar por todas estas situaciones sin necesidad y que lleve tanto tiempo y esfuerzo revertirlo.